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evitar tener días catastróficos

Cómo evitar tener días catastróficos

Tú puedes evitar tener días catastróficos, tienes el poder y es una decisión.

Aunque te parezca increíble, tú eres el actor o la actriz protagonista de cómo se va escribir la página de cada día y decides en todo momento qué cosas quieres que te sucedan o qué hacer con lo que te pasa.

Puede que ahora esté viviendo el mejor momento de tu vida, haz que siga siendo así.

Si, por el contrario, estás viviendo momentos difíciles, tienes que salir de ahí. Puede que pienses que no se puede hacer nada, que son los demás lo que te están produciendo esa situación difícil, que son otros los que tienen la responsabilidad de lo que está pasando.

Nada más lejos de la realidad. No permitas que otros decidan cómo es tu vida, tú eres el protagonista, por tanto, tú decides cómo quieres vivirla, qué quieres que suceda y para qué estás en este mundo.

Es probable que no me creas y que sigas pensando que son otros los que tienen la culpa, que tú ya haces bastante con subsistir. También puedes pensar que cuando algo se tuerce es imposible evitar tener un día catastrófico. Pues déjame que te cuente una historia que leí hace tiempo, no recuerdo de quién es, pero me parece muy buena y que creo que ilustra claramente lo que te comento.

Lectura recomendada: ¿Está tu negocio capitalizado?

Historia sobre el mal control de la ira

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Imagina esta situación…

Una familia está terminando de desayunar antes de que cada uno se vaya a sus obligaciones. De repente el hijo pequeño, sin darse cuenta y por estar jugueteando, derrama una taza de café y mancha la camisa de su padre. Este se enfada mucho y regaña al niño de forma severa. Se vuelve a su mujer y la critica por haber colocado tan cerca la taza de café y se enzarzan en una discusión acalorada. Gritando se va a cambiar de camisa. 

Cuando regresa a la cocina se encuentra a su hijo demasiado ocupado llorando y sin haber terminado el desayuno, más gritos, y a su mujer saliendo rápido para el trabajo porque llega tarde, y lo peor de todo, el niño ha perdido el autobús de la escuela.

Siguen los gritos, las riñas, ahora todos están realmente enfadados y con una actitud de pocos amigos.

Al padre no le queda otra que llevar al niño al colegio, pero como él también llega tarde al trabajo, conduce muy deprisa y se salta un semáforo. Debido a esta infracción un policía le para y le pone una multa.

El niño llega al colegio y sale corriendo sin despedirse y muy triste por toda esta situación.

Finalmente, el padre llega a la oficina, cabreado, tarde y con una multa de tráfico. Cuando llega a su mesa cae en la cuenta de que con todo lo que ha pasado se le ha olvidado el maletín con un informe imprescindible para su trabajo de hoy. Ha de volver a casa por él.

Su día ha sido terrible, todo ha ido de mal en peor, y con un humor de mil demonios.

Cuando llega a casa por la noche la situación tampoco es mucho mejor. Encuentra a su mujer enfadada y a su hijo triste y abatido.

¿Cuál es el balance del día? Un día horrible para todos y un ambiente familiar de pena.

Pero ¿qué fue lo que provocó este mal día para todos?

    • ¿El café lo causó?.
    • ¿El hijo o la madre lo causó?.
    • ¿El policía lo causó?.
    • ¿El padre lo causó?.
    • ¿El dejarse el maletín lo causo?.

Creo que lo ves claro, lo que lo causó todo fue la actitud del padre que provocó toda esta reacción en cadena. El padre no tenía control sobre lo que pasó con el café. Sin embargo, la forma en cómo reaccionó fue lo que causó su mal día.

¿Se podría haber hecho algo diferente para que esto no sucediera? Bien, volvamos a revivir otra vez la escena con algún cambio.

El café salpica al padre. Su hijo está a punto de llorar esperando la bronca. El padre se controla y le dice: – “No pasa nada cariño, esto se lava, pero pon más atención y cuidado la próxima vez” -.

Va a su habitación, se cambia de camisa, y toma su maletín. Cuando sale por la puerta ve a su hijo tomando el autobús del colegio, lo despide con la mano y ve la gran sonrisa y el beso que le tira su hijo.

Su mujer se despide con un beso y él sale para su trabajo tranquilo y relajado.

Cuando vuelven todos a casa, la paz y la armonía reinan en casa.

¿Sigues pensando que tú no eres el protagonista de tu vida? ¿Qué no puedes evitar tener días catastróficos? ¿Qué tú no tienes nada que ver en lo que te sucede?

Yo creo que tú tienes el poder y la decisión de cómo quieres que sea tu día. Tú escribes, cada día, tu historia ¡TÚ DECIDES!

¿Cómo tomar conciencia dé tu ira?

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Observando la historia anterior, como persona fracasamos debido a que no pensamos antes de hablar. Normalmente, reaccionamos al momento, no reflexionamos en las consecuencias o sentimientos de los demás.

El entorno en completo entra en un ciclo de frustración y confrontación.

Mejor espera un poco en tranquilizarte para accionar, es decir, tomate el tiempo necesario para reflexionar. Ese lapso será clave para identificar posibles soluciones, evita concentrarte en el enojo, busca la forma de esforzarte en resolver el conflicto.

En algunos casos, aprender a controlar tu ira o mala reacción, requieres del apoyo de un especialista en el tema, no obstante, puedes empezar con prácticas de relajación o ejercicio continuo.

Ambas técnicas te ayudan a que puedas reducir el estrés. Trata de buscar cualquier actividad física que disfrutes, te aseguro que te ayudará de mucho.

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Planificación con flexibilidad y resiliencia

Todo lo dicho hasta ahora, se resume que una persona que quiere emprender su propio negocio. No tiene la capacidad de planificar con flexibilidad, empezar un negocio es una rueda constante de todo lo urgente que debes de solventar, solucionar o crear.

El caso es que debes tener la capacidad de ir moviendo tareas, por eso desde Emprender con Alma motivamos a que seas capaz de diluir tus actividades, al final, no cumplirlas te genera una sensación de estrés.

Evita 100% saturar tu agenda, más bien planifica con la mentalidad de mantener la consistencia, a largo plazo es loPlanificacion-flexibilidad-resiliencia que te ayudará a obtener éxito. Eliminando esa sensación de fracaso, permítete tener una agenda más abierta, cumpliendo con tus cuestiones antes prevista.

Hoy en día, existen muchos métodos ágiles para gestionar todos los contratiempos que surgen en tu camino. No seas como el padre que se comparte en la historia, identifica tus actividades urgentes, importantes y las que puedes hacer más adelante.

Planificar te permite tomar decisiones rápidas, efectivas y simplificación, eligiendo las actividades prioritarias.

En cualquier caso, te invito a dar el primer paso para controlar y equilibrar este aspecto, realizando un análisis de la situación, establece tus metas, formula estrategias y diseña un plan de acción.

Trabajando con un enfoque y flexibilidad equilibrada, son las claves para evitar a toda costa, escenarios catastróficos.

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